Premio Internacional al Mejor Modelo de Negocio

Rosa Sanz

Cuando se recibe un premio, la experiencia siempre es gratificante porque supone el reconocimiento al trabajo realizado por un equipo conformado por muchas personas que, en nuestro caso, trabajan transversalmente en toda la organización y por la satisfacción de ganar un premio demostrando cómo nuestras fortalezas han tenido una mejor valoración que el resto de “competidores” con un jurado tan exigente y profesional.

Todo lo relacionado con la participación ha sido positivo. A veces las empresas son tan exigentes consigo mismas en la propia valoración que se considera que no es el momento para optar a la candidatura de un premio de estas características. En nuestro caso, el hecho de prepararnos para participar nos ha servido para ordenar todas las iniciativas que estamos desarrollando en el ámbito del factor humano, de la preocupación por el talento y desarrollo de las personas, de la contribución a la consecución de los resultados alcanzados y del potencial que estos cimientos pueden suponer para plantear objetivos más ambiciosos de cara al futuro. Ha supuesto pararse un momento y enmarcar todas las acciones que se estaban llevando a cabo dentro de GNF. Por otro lado, nos ha ayudado a poner de manifiesto de forma transparente qué áreas tienen recorrido de mejora y establecer el plan de acción.