Dª María Paramés
En una economía global, en la que la competencia es creciente, y donde las ventajas competitivas en costes son mínimas y los atributos del producto caducan con rapidez, resulta fundamental apostar por el desarrollo de modelos de negocio únicos, que satisfagan las necesidades de los clientes de una forma diferente. Aquellas empresas que se replanteen la organización de sus actividades, su estructura y su manera de gestionar, para explotar sus capacidades de forma novedosa serán las que logren liderar en el futuro sus respectivos sectores y crecer de forma sostenible en el tiempo. El cómo, más que el qué, será la variable que les convierta en pieza clave del mercado, capaces de generar valor sostenible para sus clientes y sus accionistas, así como atraer talento y ofrecer atractivas carreras profesionales a sus empleados.
Estoy convencida de ello y por eso me parece elogiable el empeño, el rigor y el arduo trabajo que realizan los responsables de Development System y de la APD para analizar cada año los modelos de negocio de centenares de empresas españolas y reconocer a aquellas que han diseñado, organizado y ejecutado los sistemas más innovadores y potentes. Se trata de reconocer el trabajo bien hecho de empresas como Imaginarium, Aqualogy, Seur o Christian Lay, pero, sobre todo, de montar un escaparate de la excelencia empresarial que sirva como ejemplo y fuente de aprendizaje para el resto del tejido empresarial español a la hora de afrontar los enormes desafíos de la coyuntura económica.