El mundo de hoy nos exige a las organizaciones vivir en un constante cambio. Son muchos los casos de compañías donde asesoramos en esta adaptación continua de su modelo de negocio para lograr mantener su posición de éxito en el mercado.

El entorno cambia a un ritmo frenético y el esfuerzo por mantenerse en un nivel alto de competitividad, incrementando la productividad, es un reto constante en el que no valen las tradicionales formas de trabajar… ¿Y las metodologías ágiles, realmente son útiles para adaptarse? ¿Se están consiguiendo implantar en las compañías?

Está demostrado que el pasar de un proceso de desarrollo basado en metodologías tradicionales a otro basado en metodologías ágiles, se responde de manera ágil a los cambios, facilitando la competitividad de las organizaciones, y aportando así un valor añadido al negocio. Además, cuando existe volatilidad o incertidumbre en el negocio, (afortunado el que viva en su certeza), las metodologías ágiles se convierten en excelente opción.

Metodologías como “Design Thinking”, “Scrum” o “Lean Startup”, son empleadas para la generación de valor en las compañías; sin embargo, en este post no pretendemos abordar cada una de ellas, sino destacar la importancia de su adaptación a cada escenario para lograr una implantación con éxito.

Por ejemplo, un caso particular de uno de nuestros clientes del sector Seguros, se basó en adaptar las metodologías ágiles según el modelo de Gartner a sus equipos y proyectos de negocio, es decir, utilizando los diferentes procesos de Design Thinking para explorar, todo lo relacionado con el proceso creativo, crear productos mínimos viables y reconstruirlos con Lean Startup; y gestionar ágilmente el tiempo y los recursos (Agile).
Además, existen otros casos bien conocidos de éxito como la adaptación de las metodologías agile en Spotify, o la metodología que utiliza Google, llamada “Design Sprint”.

*Por curiosidad, os dejo un par de links a un video explicativo de cada metodología:

Spotify Agile
Google Design Spring

Durante el proceso de adopción de las metodologías ágiles, las organizaciones deben ser conscientes de que cada proyecto y cada equipo de desarrollo tienen características y circunstancias específicas que hacen necesarios la adaptación de las metodologías ágiles a cada contexto.

La implantación siempre implica complejidad, y en la práctica no resulta tan sencillo mantener la visión hacia los objetivos estratégicos de la organización para que la adaptación sea exitosa.

Y si te has quedado hasta la segunda parte de este artículo, ¡enhorabuena! porque a continuación, llega lo más interesante, ¿Cómo desarrollar y adaptar las metodologías en cada organización? Vamos por partes:

• Alinear los principios “agile” con tus objetivos de negocio

Desde el inicio, analizar el contexto donde tendrá lugar la implantación es crucial, y nos va a condicionar la adaptación de la metodología de base. El área de Dirección, tiene que ver esta decisión estratégica, así como ayudar a alinear los objetivos estratégicos de negocio a las metodologías, y participar en el establecimiento de objetivos medibles que guíen el proceso y su efectividad.

• Crear un entorno más flexible

La forma de planificar, medir e interactuar va a ser diferente. No solo los métodos, también las herramientas de gestión: los procesos de trabajo, herramientas y el desarrollo y seguimiento de las personas serán necesarios según la fase de adopción en la que se encuentre la organización.

• Comenzar con un experto y un proyecto

Nuevas metodologías, o mejor, “nuevas formas de hacer”, necesitan un experto y un proyecto. Transformar es real y eficaz si localizamos los cambios en “pequeños proyectos” a acometer, ¿Por qué aseguramos esto? Porque la resistencia al cambio natural de los equipos es fácilmente gestionada si realizamos una implantación incremental; aunque hay más formas de adaptar…

• Apoyar los proyectos en líderes o coachs “agile”

Seguro hay personas en la organización para las que resulta más cómodo olvidarse de planificar el proyecto desde el principio; y acostumbrarse a plantear un “agilismo” que sí tiene una dirección clara; pero no una hoja de ruta cerrada…

• Adecuar la metodología al contexto del proyecto

La mayoría de las metodologías ágiles recomiendan adaptar su proceso a cada situación, ¿pero dónde están las guías de implantación para facilitar dicho proceso? Sencillamente, no existen, así que hay que crearlas, ya que si dejamos en manos de cada equipo la interpretación de las metodologías ágiles, difícilmente lograremos cambios significativos y alineados con el modelo de negocio a nivel global.

¡Recuerda! Mentalidad agile implica revisar y ajustar, colaborar a nivel organizacional para rentabilizar el conocimiento interno, logrando optimizar así el proceso.

• Reiterar para validar la propia adecuación de la metodología

Por último, una vez se ha conseguido desarrollar la implantación de  la metodología ágil, es necesario medir y validar que suponga la mejora del proceso en general. En este punto vamos a “iterar” y volver al principio “agile”, ¿los resultados están alineados desde el principio con los objetivos estratégicos de negocio? Gracias a la realimentación constante durante el proceso, tanto del equipo, como del cliente, a estas alturas de la película, sin duda que sí.

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Edurne del Arco
Development Systems S.A

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